Die Schönste Krankheit des Weltalles

Mr. Murphy Says It Better

Acknowledgements

jueves, 7 de mayo de 2009

Waving From the Distance

Para Memo (si es que vuelve por estos lugares)

En algunos casos sí logro aceptar lo inevitable. Desde el inicio, siempre supe que el momento llegaría, y también supe que lamentarse estaba fuera de lugar. Es una norma no escrita, aceptar llanamente ciertas cosas como son y el final de éstas. Son sólo ciclos que terminarían de cualquier forma.

Todos comienzan a irse. Descubren sus respectivos caminos y nadie puede detenerlos. Ya no creo en el destino como solía hacerlo antes. Tampoco existe un plan maestro que rige las cosas (a menos que el caos y el azar sean las bases del aquél). Estas despedidas son más bien accidentes recurrentes. Simplemente suceden. No obstante, las personas que se marchan tienen sus motivos para irse, con los cuales intentan justificarse. Y, también es una ley implícita no contradecirlos ni cuestionarlos. Sólo ellos entienden sus verdaderas razones. Sin embargo, las circunstancias en las que estas despedidas suceden parecen ser accidentales, pues nadie espera que sucedan, y menos cuando uno no encuentra razones. En este sentido, hasta los motivos de las personas podrían ser accidentes.

Cabe aclarar que la naturaleza de los accidentes no tiene por qué ser maligna, pues ellos no pretenden hacer daño. No es su culpa, sólo tienen mala fama. Sólo pagan por el desastre que sus hijas, las consecuencias, desatan. Espero que, por obra de un accidente benigno, yo también logre encontrar mi motivación para irme. Aunque no pienso abandonar este lugar, pues creo que mi ciclo aquí todavía no termina.

1 comentario:

SB dijo...

En efecto, se trata de ciclos. Pero saberlo no lo hace menos doloroso.

Sí, de algún modo uno siente cuando su lugar de pronto cambia. Entonces nos sentimos ajenos ante un escenario que nos recuerda lo absurdo de nuestro papel.

En fin, es un placer leerlo. Servus!

Still Life



Lyrics: Joakim Montelius