Die Schönste Krankheit des Weltalles

Mr. Murphy Says It Better

Acknowledgements

miércoles, 14 de octubre de 2009

Two

Hace poco más de dos años llegó Rafa, un pez beta que sustituyó al anterior que decidió acabar con su tediosa existencia, sólo para adornar mi casa. Alguna vez escuché que la memoria de los peces tiene un plazo máximo de cinco minutos. El olvido constante podría traer numerosas ventajas y desventajas, pero no podría imaginar olvidar todo lo que sé cada cinco minutos, aunque a veces desearía que así fuera. No sólo una vez he escuchado que olvidar es la única forma de garantizar la auto-preservación, al menos de la supervivencia emocional. En cierta forma, la evolución de las especies no opera al azar después de todo, pues si los peces tuvieran memoria a largo plazo se suicidarían más seguido... o quizá vivirían más en su medio ambiente. De cualquier forma, hoy fue el último día de la existencia acuosa de Rafa.

Entiendo que el periodo de vida máximo de estos peces no rebasa los dos años--si viven tres, ya es demasiado--pero con su deceso no pude evitar recordar dónde estaba y cómo era mi situación aquellos días en los que Rafa llegó a casa. Comenzaba el último año de mi carrera y todo parecía ir bien, en cierta forma. Mis estudios ocupaban la mayor parte de mi tiempo y no podía trabajar ni tener mi propio dinero, pero la verdad no me molestaba, pues sucedió un reencuentro que me había emocionado de gran forma. Los temas de mis clases me entusiasmaban mucho, pues cada semana aprendía cosas nuevas e interesantes. Incluso la relación con mis amigos de aquél entonces adquirió mayor cercanía. Mis días eran largos pero valía la pena estar despierto. Por desgracia, un suceso específico truncó parte de mis expectativas y eso cambió la forma en la que ahora veo las cosas. No puedo culpar a nadie sobre las consecuencias actuales de los eventos, sino que las circunstancias se acomodaron para frustrar parte de mis anhelos. Si se hubieran cumplido o no, el resultado fue el mismo. Las cosas jamás volverán a ser iguales. Ya no podré volver a verlas bajo la misma luz porque descubrí cómo son realmente. No pude evitar perder el interés en las cosas que solían complacerme, e incluso llegué a perder el interés en volver a la escuela, pues cualquier cosa que hiciera, cualquier logro que alcanzara, no sería más que un trago insípido. El resto de mi último año de estudiante transcurrió bajo una cortina gris y con un dejo de amargura en los que la desilusión continua neutralizó todo a mi alrededor. No obstante obtuve el mejor desempeño académico que había conseguido en ocasiones anteriores.

Han pasado dos años desde que Rafa llegó. Estoy a unos pasos de terminar mi trabajo de titulación. Ya obtengo dinero por mis propios medios. Mis antiguos amigos y compañeros de carrera sólo dan señales de vida en medios hipertextuales y en redes sociales; paso la mayor parte de mis días por mi cuenta, salvo algunas reuniones esporádicas. Parece que el deceso de mi única mascota ha marcado el fin de un ciclo, después de todo.

La memoria a corto plazo más conveniente sería aquella que pudiera aplicarse en algunos casos. Desafortunadamentlas cosas no pueden ser así. En ocasiones cinco minutos pueden durar cinco años.

1 comentario:

Violette dijo...

Los beta son geniales! Yo tuve uno que vivió cuatro años y medio [toda mi carrera]. Se llamaba Orestes.

Saludos.

Still Life



Lyrics: Joakim Montelius