Die Schönste Krankheit des Weltalles

Mr. Murphy Says It Better

Acknowledgements

martes, 23 de junio de 2009

Diagnostic of Chances

Alguna vez escuché que los guionistas de House eran filósofos. Nunca me he interesado por la filosofía, pues jamás logro comprenderla y, por lo tanto, me aburre. Pienso en los filósofos como personas taciturnas y ensimismadas que sólo se dedican a formular teorías que jamás se atreverían a poner en práctica. Por eso prefiero la literatura, pues son los escritores y poetas los que se atreven a hacer el trabajo sucio que los filósofos se niegan rotundamente a llevar a cabo: darle un fin práctico a todos sus conocimientos y sabiduría almacenados. (Quizá mi opinión sobre algunos de ellos tenga que ver con el hecho de que, hace poco más de un año, me topé con un estudiante de filosofía en mi clase del cele. El tipo, cuyo nombre jamás supe, correspondía al cliché que todo wannabe de Nietzsche poseía: pésima actitud--incluso peor que la mía en aquellos días--ante la vida, descuidado y desinteresado por su alrededor. Parecía que odiaba a todos y también al mundo y, como era cosa de tiempo, dejó de asistir a las clases y no volvió. Nadie lo extrañó).

Sin embargo, los guionistas-filósofos de House no sólo han logrado hacer algo remunerable con su profesión, sino que han logrado transmitir esas ideas masivamente. Aquél junkie misántropo y sarcástico tiene un enorme contexto que no se puede digerir fácilmente y, por lo tanto, existe una sensación de amor-odio respecto a él. Resulta casi imposible creer cómo una persona que odia al mundo y todo lo que hay en él pueda salvarle la vida a alguien. Su humor negro produce gags y juegos de palabras bastante ocurrentes pero, en ocasiones, puede resultar muy sádico y enfermizo. Su caracterización es tan compleja que no es fácil de aceptar. En muchas series de médicos los protagonistas son bastante predecibles: amables, humanitarios y, si uno de sus pacientes llega a morir, su corazón se rompe y todos lloran. A House no le importan las personas, sólo le importa alimentar su ego resolviendo casos que otros médicos desecharían. Ya lo dijo él en los primeros capítulos: "¿Qué prefieres: un médico que sostenga tu mano mientras mueres, o uno que te ignore mientras te salva la vida?" En este sentido, la bondad y la compasión por el prójimo son fútiles, pues demostró que, por medio de dos paradojas, sólo porque se es más humano no significa que se sea más efectivo. Si bien salva vidas sus métodos son cualquier cosa, menos ortodoxos. Envía emisarios a allanar las casas de los pacientes. Siente Schadenfroh por los enfermos y no se arrepiente de ello. Algunos de sus interrogatorios harían ver a la Santa Inquisición como Hermanas de la Caridad, por medio de los cuales no sólo logra descubrir la causa de las enfermedades, sino que, no pocas veces, desnuda el alma de las personas y las deja vulnerables no sólo ante sí mismas, sino ante sus seres más cercanos. La verdad puede salvar vidas, pero también puede acarrear vergüenza y humillación. La verdad redime y condena simultáneamente. Sólo porque House le salve la vida a alguien no significa que quede completamente ileso.

Cuando de religión se trata House es mucho más sarcástico. Si descubre que el paciente cree en la divinidad, no dejará de burlarse y hacer comentarios irónicos sobre Dios, demostrando así su ateísmo incurable y, más enfermizamente, crear dudas existenciales y, si éstas ya existen, las vuelve más complicadas. Hace poco vi el épisodio en el que está tratando de curar a un sacerdote alcohólico que sufre alucinaciones y que ha perdido la fe en Dios. En su búsqueda de la verdad House sacó a relucir aspectos desagradables del paciente, todo con el fin de encontrar la razón del mal para salvarle la vida. Podría decirse que estar bajo el cuidado de House es una clase de purgatorio en el cual los pacientes sufren dolor y humillación y, una vez que han expiado todos sus pecados, alcanzan la "salvación". Nada en la vida es gratis, y la salvación no es la excepción, uno tiene que dar algo a cambio, aunque no exactamente del mismo valor, para obtenerla.

En la mente de House las coincidencias no existen y nada es accidental. Dicha creencia va en contra de mi visión del mundo. Estoy de acuerdo que todas las enfermedades, sin importar qué tan graves puedan ser, tienen una causa lógica. Si nada es accidental entonces todo tiene sentido, pero ¿qué sucede con la existencia humana? Nadie ha podido responder la típica pregunta de "¿por qué estamos aquí?" House es el menos apto para hacerlo, pues está fuera del control de cualquier ser humano. Las cosas que suceden en la vida, como ya lo he dicho antes, son sólo coincidencias y accidentes (sin importar qué término suena más bonito). Pero los guionistas de la serie saben que House jamás intentaría responder dicho cuestionamiento, pues no es su trabajo. Es la serie misma quien podría hacer una propuesta. El padre enfermo menciona que escuchó decir a alguien que las coincidencias son el medio por el cual Dios trabaja desde el anonimato (obviamente House replicó con su sarcasmo habitual). Esta vez la paradoja no vino de House, sino de los creadores que recopilan información y conocimientos del exterior. Cuando Dios forma parte de las paradojas, éstas se vuelven más complejas: si las coincidencias son uno de los medios por los que Dios trabaja, entonces sí tienen sentido, y ya no son coincidencias. El contenido de House no sólo aborda la filosofía, también la semántica.

Mi visión de la vida basada en accidentes y coincidencias no ha cambiado, pero la idea de que Dios esté detrás de ellas con un propósito determinado me parece muy interesante. Dicha teoría provino de la filosofía puesta en práctica. Me alegra ver que algunos filósofos sí tuvieron el valor de hacer algo con sus conocimientos y sabiduría almacenados.

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Still Life



Lyrics: Joakim Montelius