Die Schönste Krankheit des Weltalles

Mr. Murphy Says It Better

Acknowledgements

martes, 31 de agosto de 2010

Two hundred

Desde inicios del presente año la atmósfera nacional se ha tornado molesta debido a la celebración de la así llamada independencia de México. La televisión abierta se ha visto invadida por spots de diferentes tipos: tomas artísticas de los puntos turísticos más representativos del país, personalidades del medio del espectáculo cuyos discursos no tienen menos patrañas que los de la clase politica dominante, comerciales de diferentes bebidas que dicen que hay que celebrar los doscientos años de México como nación independiente... el bombardeo mediático es incluso más molesto que aquél de las elecciones del año pasado. Honestamente no hay nada qué celebrar y los habitantes de este país lo saben mejor que nadie, pero todos ellos, de repente, vuelven a ser víctimas del auto-engaño (el único recurso que le queda a los eternos perdedores). Muy pocas personas ven las cosas desde un punto de vista más franco, y prefieren mantenerse al margen de dicho fenómeno. Pero la patriotería siempre está a la orden del día; en oros años no era mas que una manifestación bufonesca del orgullo ocasional que invade a los habitantes de este país, pero ahora ya perdió su gracia inherente.

Lo que nadie quiere aceptar es que, en ningún aspecto, una nación tercermundista jamás será independiente. Nadie admitirá que la guerra de independencia surgió por unos "yuppies" oportunistas que, cansados de ser considerados españoles de segunda clase (porque, aunque no lo crean, Hidalgo y el resto de esa runfla eran de origen español), aprovecharon las Guerras Napoleónicas en la Península para quitarse de encima a la mermada Corona Española y hacer de este país lo que su puta imaginación-codicia tenía previsto. El síndrome pre-postcolonial se manifiesta de formas chocantes: detestan a su antiguo colonizador, pero establecen gobiernos con las bases que ellos les dejaron. Los conceptos de nación no fueron más que artificios inventados por los políticos europeos del siglo XIX para reclutar soldados y de este modo darle forma a sus ambiciones. América, como buena mala imitadora de Europa, no podía quedarse atrás, y se doparon con una nación que, hasta la fecha, tiene la misma consistencia que la de una gelatina vegetal. Fue un levantamiento incitado por blancos acaudalados, sólo necesitaban obtener carne de cañón (i.e. indios, mestizos, negros y toda una miscelánea de castas sin nada qué ganar ni qué perder, los que les ahorrarían el trabajo sucio) para llevar a cabo su plan, y así se inventó la noche del grito--en el ajedrez, los peones siempre van al frente. Muchos especuladores vaticinaban levantamientos armados de acuerdo con los patrones que marcaban los inicios de los dos siglos anteriores, pero dichos movimientos no volverán a suceder jamás. Pero la así llamada "guerra contra el crimen organizado" está generando grandes cantidades de muertos por todas partes (la prensa extranjera se horroriza cada vez que esto sucede), produciendo materia prima estadística que, gracias a las eufemísticas cifras oficiales, se refina siempre a un producto final más digerible.

De cualquier forma, hay un México que se da el lujo de llamarse independiente, aún si su situación manifiesta totalmente lo contrario. Pero los españoles forman parte fundamental de la infraestructura económica de este país, pues casi toda la banca mexicana les pertenece. Si se enumerara todo lo mexicano que está en manos de los extranjeros podrían ocuparse megabytes enteros y no serían suficientes. Pero aún así este país se vende a sí mismo y con mucho orgullo de ser mexicano, aun si su título de propiedad se encuentra en cualquier otra parte del planeta. Es un hecho que bajo el gobierno vigente han muerto más personas que en en los levantamientos armados de 1810 y de 1910 juntos, pero ¿a quién le importa? ¡No siempre se cumplen doscientos años de vergüenza y fracasos, y eso hay que celebrarlo!

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Still Life



Lyrics: Joakim Montelius