Die Schönste Krankheit des Weltalles

Mr. Murphy Says It Better

Acknowledgements

sábado, 13 de marzo de 2010

Life in the Shell

La primera vez que me topé con Ghost in the Shell no fue hace mucho tiempo, a pesar de que tiene poco más de veinte años de existencia, si no me equivoco. De acuerdo con las reseñas que llegaron a mí esta franquicia inspiró a los hermanos Wachowski en gran medida para crear la saga The Matrix. En el plano estético Ghost in the Shell se le considera un hito del Cyberpunk, incluso del Post-Cyberpunk, pues por todas partes el espectador contempla los avances tecnológicos que podrían llegar a suceder en unos cuantos años. Quizá sea algo redundante, pero el futurismo característico de Masamune Shirow aparece como elogio al avance tecnológico que caracterizó las manifestaciones artísticas de principio del siglo XX, de ahí que esta obra se considere como arte Post-modernista.

Lejos de caer en clichés manifiestos en las franquicias de manga más famosas (i.e. Saint Seiya, Dragon Ball, Naruto, etc.) Shirow prefiere ser más realista. Presenta su historia en un contexto político y global muy cercano a la actualidad, el cual siempre está motivado por el avance científico de las naciones industrializadas. Para el año 2030, según Shirow, la industria robótica, en lo que a Japón respecta, ya se habrá consagrado en el ámbito de salvar al mundo y de facilitar la vida de las personas de formas jamás imaginadas. El fin de la Tercera Guerra Mundial, la cual obviamente se libró entre las potencias nucleares de las últimas décadas, ya determinó a los poseedores de la hegemonía global, con lo cual no deja de haber tensiones. En este tiempo la robótica avanzó a grandes zancadas en la medicina, de modo que todo aquél que pueda pagar las cirugías puede recibir implantes cibernéticos. Lo mismo sucede con la neurocirugía, lo cual, por medio de los implantes ciber-cerebrales, ha creado un nuevo concepto de la mente humana tanto física- como metafísicamente. Los cibercerebros poseen una interfaz que les permite conectarse con la red global y también interactuar con otros cerebros. Si el usuario gusta, o si no le queda de otra, puede trasladar su cerebro a un cuerpo totalmente artificial, vender sus órganos--si es que hay algo útil que aún pudiera venderse--y prolongar su vida.

Si bien la panacea ciber-cerebral ha posibilitado la sustitución de cuerpos con deficiencias congénitas también ha implicado numerosas contrapartes: se han abierto nuevas puertas para criminales más sofisticados. En el siglo anterior el internet llegó a las masas y provocó el surgimiento de nuevas modalidades para infringir la ley: fraudes, hackers, virus, violación de derechos de autor, pornografía infantil, filtración de información, etc. Con la conexión global cibercerebral ahora los delincuentes y las mafias pueden acceder a información clasificada, borrar las memorias cerebrales como si fueran discos duros simples o implantarles recuerdos, extraer órganos y venderlos sin la autorización de sus dueños, hackear a distintas personas y obligarlas a cometer diversos actos, etc. Es aquí donde entra la Sección 9, conformada por un grupo de policías de élite, dedican sus vidas a descubrir y detener a estos maleantes. Entre ellos se encuentra la Mayor Motoko Kusanagi, una cyborg casi en su totalidad, salvo por sus células cerebrales. Motoko posee una habilidad maravillosa para investigar y resolver distintos casos, rastrear criminales y lograr su arresto. Estos objetivos jamás se alcanzarían si no fuera por la colaboración de sus compañeros de equipo, cuya individualidad los ayuda a trabajar mejor juntos. Lejos de formar parte del estado policíaco Motoko y la Sección 9 no se conforman con encarcelar a los delincuentes, sino que también buscan el orígen del problema y exponen el iceberg completo, lo cual casi siempre los lleva a niveles más elevados de delincuencia. Eso, en consecuencia, los lleva arriesgar, en el menos peor de sus casos su reputación, sus empleos y sus vidas.

Shirow retoma numerosos temas filosóficos y existenciales que han intrigado a la humanidad desde hace siglos, haciendo referencias a diferentes elementos de la cultura del siglo anterior. Conforme la ciencia avance será más difícil tener un concepto claro del ser humano y de la mente, incluso del espíritu. El cerebro humano ha sido fragmentado para computarizarlo, para simplificarlo y tener la habilidad de manipularlo. AL trasladar un cerebro a un cuerpo artificial lo que se intenta mantener con vida es la información almacenada por la persona, su inteligencia. La mente es lo que define a la persona, no su cascarón. El autor sabe que los avances tecnológicos atraen siempre a las masas, y si éstas incluyen la promesa de una mejor calidad de vida, la gente hará lo que sea por conseguirlas, sin importar que las autoridades obtengan el control de sus vidas y pensamientos. En este sentido los gobiernos, por más máscaras democráticas que pretendan usar, aprovecharán la proliferación tecnología para mantener el control. Con ayuda de diversos analistas posmodernos como Frederick Jameson, Shirow vaticina un capitalismo con más fallas y más desigualdades a pesar de la evolución de la humanidad. Sólo porque las personas tendrán computadoras más bonitas no significa que la pobreza habrá sido totalmente erradicada y que las naciones del tercer mundo pasarán a ser del primero de manera milagrosa; los oprimidos serán más oprimidos; la desigualdad se profundizará, de ahí que la criminalidad tomará formas más atroces y más complejas. La religión aún existirá, pero sólo una minoría se apegará a ella como un protocolo de resistencia bastante pasiva a las nuevas ideas y al zeitgeist. Pero también habrá nuevos opositores y grupos radicales que se opondrán a la robotización promovida por los gobiernos, e incluso hackers con verdadero sentido de responsabilidad moral que pondrán en evidencia las fallas de los sistemas y de las corporaciones.

Al controlar las mentes de las masas de una forma más directa ya no queda espacio para refugios mentales. La mente humana pierde su la intimidad a la que nadie había podido llegar. En el universo de Shirow esto ha ayudado a la creación de sistemas de vida e inteligencia artificiales más complejos. La creación de vida artificial crea nuevas preguntas sobre cómo definir la vida o la inteligencia. Vale la pena citar ejemplos del filme de Mamoru Oshii (1995), "¿cómo puedes saber que tienes mente si nunca has visto tu propio cerebro?" o "a lo largo de la historia de la humanidad,ni la ciencia ni la filosofía han podido definir exactamente lo que es la vida". La premisa es esta: el ser humano sabe que es ser humano porque tiene conciencia de sí mismo, pero ¿qué sucedería si un sofisticado sistema de vida artificial evolucionara a tal grado que logre tener conciencia de sí mismo? ¿Seguría siendo una simple máquina? ¿Podría considerarse como vida, o sólo como inteligencia? ¿Qué es la mente? ¿Qué es la vida? No puede haber inteligencia sin vida. Tampoco se sabe realmente cómo evoluciona la inteligencia. Lo que caracteriza la inteligencia humana es su libre albedrío y, si la inteligencia artificial alcanza un sentido de elegir entre el bien y el mal entonces las verdades absolutas serán totalmente cuestionables. Una máquina no funciona por sí misma; un animal se guía por su instinto, el cual no es bueno ni malo, simplemente está ahí. Las reminiscencias de A Clockwork Orange en lo que respecta al libre albedrío vuelven después de varias décadas. El libre albedrío de las masas se ve limitado por los implantes ciber-cerebrales: la gente prefiere vivir más gracias a la carcasa cibernética, pero se someten al control gubernamental y pierden su capacidad de decidir por sí mismas. Dicen que "el poder delegado es poder retenido" pero esto no siempre puede aplicarse. Las masas ya ni siquiera se convierten en animales, sino que eligen convertirse en máquinas.

El futuro en la visión de Shirow aparece bastante oscuro. En Stand Alone Complex las fallas funcionales dan como resultado enfermedades provocadas por los implantes cibernéticos, siendo la "esclerosis cibercerebral" la más común y la más fatal de ellas. El conflicto de intereses económicos y sociales que estos datos clínicos significan no tarda en revelarse, lo cual obliga a las corporaciones a pasar por encima de muchas personas con tal de permanecer a salvo. La policía puede, literalmente, ver lo que las demás personas ven al hackear los ojos de los sospechosos. A menos que alguien tenga las agallas y los recursos para detener esto ya no habrá lugar a dónde escapar.

Debido a su contenido Ghost in the Shell se recomienda sólo para adultos y jóvenes maduros. La trama emplea,como ya se ha mencionado, numerosas referencias a elementos culturales e intelectuales de distinto tipo, por lo que se recomienda estar familiarizado con obras literarias y cinematográficas como The Catcher in the Rye o Bladerunner (sólo por citar algunos), estudios culturales y sociológicos del siglo XX de varios autores, etc. El fondo de dicha franquicia es tan vasto que se posiciona a la altura de cualquier trabajo artístico notable de estas últimas dos décadas. Como siempre, las series más notables de manga/anime poseen un soundtrack digno de oirse, y en el caso de GITS no es la excepción. Masamune Shirow ha creado algo que merece gran reconocimiento.

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Still Life



Lyrics: Joakim Montelius