Die Schönste Krankheit des Weltalles

Mr. Murphy Says It Better

Acknowledgements

lunes, 30 de marzo de 2009

Stream of Time

Hace un par de días este blog cumplió su primer año de vida. El primer post fue breve pero contundente, pues las publicaciones aparecen con regularidad. A riesgo de caer en el cliché, es extraño ver cómo el tiempo ha pasado tan rápido. Se supone que esto fue creado para mantener un registro de lo que pasa por mi mente, pero no he querido leer los posts viejos, pues no hay necesidad, ya que sigo recordando casi todas las cosas que me sucedieron hace un año: mis últimos días como estudiante, algunos descubrimientos poco gratos pero inevitables, otros no tan desagradables pero que tampoco lograban arreglar las cosas, patrones comparativos del comportamiento humano, discretas stalkers sin determinación junto con mi apatía y desinterés total por ellas, fines de algunos ciclos y sus respectivas despedidas implícitas, un par de epifanías de última hora que cubrieron muchos vacíos y descubrieron otros distintos...

Este año han surgido otros descubrimientos. La soledad parece permanente y da mucho tiempo para pensar en un montón de cosas inútiles. Mercutio (el personaje más ingenioso y alburero de Romeo & Juliet) declara que los sueños y las fantasías son el producto de una mente ociosa--no recuerdo ni el acto ni la escena exactos, pero si lo dice--y, como siempre, tiene razón. A pesar de que he estado ocupado con el trabajo y la tesina, mis sueños, si logro recordarlos, son producto de mi mente ociosa. Pero mis sueños (y los de todos) pueden ser cualquier cosa, menos ociosos. Es increíble que la velocidad a la que viajan supera cualquier flujo de conciencia literario. En un momento estoy en algún lugar que quedó grabado en el subconsciente y de ahí la corriente onírica me arrastra hacia otro lugar en el que jamás he estado. Recientemente, en uno de mis viajes nocturnos, yo mismo me extraje un abceso de tamaño considerable; algo bastante curioso pues jamás padecí de acné severo. En cuanto me deshice de él me encontraba manejando por las calles de mi colonia por la noche, mientras buscaba un lugar para estacionarme (hace años que no tengo auto propio y, obviamente, no sé manejar, pero ahí estaba, conduciendo como todo un profesional). Al bajarme del automóvil había un televisor prendido y, jamás supe como, pero me convertí en un personaje de Naruto (o creo que yo era el mismo Naruto) y corría a toda velocidad por las calles mientras unos cuantos matones me daban caza. Con gran habilidad di un salto de quince metros de altura y aterricé en una azotea. Corrí en cuatro patas (igual que cuando el espíritu del Zorro de las Nueve Colas se libera) y salté hacia otro edificio más alto, simultáneamente despaché a unos cuantos tipos antes de caer al piso. Seguí huyendo por los aires hasta que logré deshacerme de todos. Seguí ascendiendo y, no recuerdo más. (No he visto dicha caricatura desde hace más de dos semanas).

Me sorprende la rapidez con la que han pasado tantas cosas. Desde esta distancia temporal me da la impresión de que todo ha pasado tan rápido como los cambios de escenario y de conciencia de este sueño. Me sorprende ver que los sueños, al igual que la vida, no poseen una trama lógica, y por lo tanto, sus eventos son difusos. Quizá una secuencia de deja vu o algo. De todas formas, qué importa.

Felicitaciones a Praise to the Narcolepsy by Hans Fortelius, S.J. Un reducto constante para una enfermedad que solucionaría muchos problemas.

1 comentario:

Violette dijo...

Felicidades blog ^^

Still Life



Lyrics: Joakim Montelius