First Minutes, Again

Número non. Estoy un poco confundido pues, durante mi estadía en la UNAM, los semestres pares (i.e. 2005-2, 2006-2, 2007-2, y muy remotamente 2008-2) tuve mejor suerte, mejores calificaciones, quizá más esperanzas, no sé. No confío en los nones. Ya no sabré si mi suerte con los pares será la misma que cuando era estudiante.

Le comenté a Sonia vía messenger que una de las ventajas de Año Nuevo es que la TV no es tan inmunda como en Navidad, pues el año pasado dieron la película de Bob Esponja, y después de aquél martes 1 de enero de 2008, ésta se volvió una de mis películas favoritas. Creí que empezaba bien el año, pues, en aquél entonces, las circunstancias de días anteriores minaron profundamente mi autoestima. Es una película muy graciosa, llena de referencias que hasta un joven maduro puede disfrutar. No obstante lloré bastante en una escena: cuando Bob Esponja y Patricio están atrapados en la tiendita de souvenirs y el pescador malo los pone a deshidratar bajo una lámpara. Bob y Patricio se lamentan por no haber recuperado la corona de Neptuno, y admiten que no son más que unos chiquillos indefensos. Desde hace mucho tiempo he cargado con ese sentimiento de vulnerabilidad, de estar expuesto a casi cualquier cosa y quedar como una piltrafa. Sin embargo, he logrado algunas cosas que quizá deberían elevarme la moral, aunque no es suficiente. De una forma u otra me estoy abriendo paso por mí mismo, pero debo hacer más. Al menos pude llevar a cabo los propósitos académicos que me propuse hace un año, con todo y vulnerabilidad anímica.

Y este año no es la excepción, pues también tengo nuevos propósitos que dependen totalmente de mi esfuerzo, y esos sí pueden alcanzarse. Lo demás son deseos que muy probablemente se trunquen y sólo Dios sabe a dónde irán cuando vea que están fuera de mi alcance y se esfumen. De cualquier modo, no está de más desear que se cumplan todas nuestras aspiraciones y expectativas, y si no, pues que al menos se frustren en la menor medida posible. No es malo desear un futuro más luminoso pues, ¿qué nos hace seguir, a pesar de que uno piensa que todo ya está perdido? Debe haber algo mucho mejor que todo esto.